http://www.cubanuestra.nu/web/article.asp?artID=17939
Establecemos reglas para los demás y excepciones para nosotros.
(François de la Rochefoucauld)
El escritor y poeta italiano Arturo Graf afirmó que quien en un arte ha llegado a maestro puede prescindir de las reglas, y al parecer esa es la màxima que rige la conducta de un obispo devenido en político y presidente.
El obispo con hijos Fernando Lugo no sólo ha sobresalido por sus bochornos mediáticos internacionales, también se destaca por estar hundiendo al Paraguay en la anomia y el pesimismo.
La estrategia de arrojar la piedra y esconder la mano, con las malas artes y el juego sucio del cura político que afirmó sin rubor que no conviene ser esclavo de la ley, han quedado al descubierto al menos en dos acontecimientos recientes que conmocionaron a la sociedad paraguaya: el secuestro del ganadero Fidel Zavala y el insólito fallo judicial de nochevieja devaluando la atribución parlamentaria del Juicio Político.
SECUESTRADORES Y VIEJOS AMIGOS
El secuestro del ganadero paraguayo Fidel Zavala, quien permanece en cautiverio desde hace más de dos meses, constituye según muchos analistas una prueba de fuego para el cura con hijos, determinante para su permanencia o no en el cargo. Los autores de este delito dicen formar parte de un grupo paramilitar denominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), cuyos integrantes son viejos conocidos del clérigo-presidente.
El EPP tiene en su haber 4 secuestros extorsivos (Edith Debernardi, Cecilia Cubas –hija del ex presidente de la república Raúl Cubas-, Luis Lindstron y ahora Fidel Zavala Serrati); 3 asesinatos comprobados (Cecilia Cubas y los policías Andrés Brítez y Óscar Noceda); más de 6 casos de asaltos y quemas de comisarías, destacamentos y estancias y hasta la colocación de una bomba en el baño del Palacio de Justicia.
Al menos tres de ellos, Manuel Cristaldo Mieres, Alcides Oviedo y Gilberto Setrini son ex seminaristas que comulgan con la teología de la liberación, profesada públicamente por el actual presidente del Paraguay. Lugo fue incluso maestro de ellos tres. En repetidas ocasiones quienes hoy son miembros del EPP participaron de eventos tanto eclesiales como sociales junto al entonces obispo del departamento de San Pedro, y actual presidente de la república.
Mieres fue acusado por la Fiscalía y condenado por tener participación directa en el secuestro y asesinato de Cecilia Cubas. Alcides Oviedo habría sido el “comandante en jefe del grupo”.
Estos nexos fueron determinantes a la hora de tratar en el Parlamento la ley anti-secuestros, por la cual el cura Fernando Lugo abogaba, y que finalmente fue rechazada al quedar la càmara de diputados sin quorum para su tratamiento.
Varios legisladores expresaron su sospecha de que dicha ley respondía a un pacto secreto entre el obispo con hijos y los secuestradores, con quienes tiene vínculos de vieja data pues, como ya dijimos, varios de ellos fueron sus discípulos y monaguillos de seminario.
Tras varias horas de iniciada la sesión, donde se presentaron posturas contradictorias y fuertes discusiones, finalmente la Cámara Baja levantó la sesión y dejó pendiente de análisis el Proyecto de Ley, no sin antes quedar patente las fuertes sospechas de que el secuestro en realidad fue montado desde las altas esferas del gobierno.
Fidel Zavala fue capturado por los criminales en su propia estancia, en precisos momentos en que la clase política y los medios denunciaban un oscuro negociado con tierras sobrefacturadas, urdido en el mismo entorno del cura con hijos. Muchos legisladores sospechan que Zavala fue tomado como rehén para presionar en el tema del negociado –conocido como “caso Texeira”, por el dueño de las tierras-.
Uno de los cabecillas del intento de estafa al estado es el mismo secretario del obispo Fernando Lugo, Miguel López Perito, conocido por su pasado comprometido con la violencia y sus vínculos con organizaciones violentistas y bandas armadas.
HACIENDO LA CORTE
Paralelamente al drama del caso Zavala, una sospechosa sentencia dictada por los camaristas del Tribunal de Cuentas que integraron la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, ordenó la reincorporación a esa máxima instancia judicial de dos ministros destituidos hace seis años, favoreciendo al presidente Fernando Lugo y devaluando las atribuciones del Parlamento de enjuiciar políticamente a los magistrados.
Poco después del anuncio de la reposición de Bonifacio Ríos Avalos y Carlos Fernández Gadea, que de ellos se trata, la prensa sorprendió a uno de los hombres de mayor confianza del cura Lugo, el gobernador de San Pedro José Ledesma, en una sugesitva reuniòn con varios de los ministros de la corte repuestos. Para ahondar las sospechas, Ledesma intentò huir sin ser visto por los periodistas, aunque sin éxito, abordando un automóvil que no era el suyo.
Las suspicacias fueron inevitables. "El responsable del fallo es Lugo. Está esgrimiendo una estrategia de modo que cuando a él se lo enjuicie tenga las mismas herramientas", señaló Jaeggli, uno de los principales impulsores del juicio político para destituir al clérigo-presidente. Y en lo que resultó profetico, agregó: "Van a ver que con el correr de las horas cómo el Ejecutivo no dice nada”. Efectivamente, el gobierno eludió pronunciarse al respecto, a diferencia del discurso de otrora en que su discurso enfrentaba enérgicamente al Poder Judicial.
Se afirmò también desde varios sectores que el fallo que reincorpora a Bonifacio Ríos Avalos y Carlos Fernández Gadea a la Corte es una estrategia con la que se "derriba y aniquila el sistema de la República", y se impide enjuiciar políticamente a Lugo.
De todas maneras, el desenlace del enredo es imprevisible y podría suponer una fuerte reacción contra el mismo Lugo, considerando el fuerte pronunciamiento en contra del fallo que en forma unánime realizaron los partidos políticos, aún los que respaldan al obispo. De hecho, podría cumplirse el aforismo de John Steinbeck, quien afirmaba que el hombre es el único zorro que instala una trampa, le pone una carnada y luego mete la pata. LAW
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