Los aliados del cura Fernando Lugo han convertido al gobierno en un espacio de lucha libre que determina el inexorable fracaso de la administración
Dijo Benjamin Franklin que hay que tomarse tiempo para escoger a un amigo, pero aún más tiempo para cambiarlo. En el caso de los aliados del cura Fernando Lugo podría decirse que se tomaron muy poco tiempo para decidirse por el candidato que les presentaba la “prensa amiga” que urdió el gran fraude llamado Fernando Lugo, falso teólogo de la liberación y falso marxista bolivariano que acabó constituyendo la mayor estafa política de la historia paraguaya.
“Debemos entender que Lugo y sus principales colaboradores se están aprovechando de la crisis interna de PLRA para dejar con cada vez menos espacios de poder al partido. El objetivo del Presidente es debilitar cada vez más al Partido Liberal” declaró a la prensa el gobernador del departamento Central Carlos Amarilla. Lo mismo opinan varios sectores de la izquierda que se consideran marginados por el chonguismo manifiesto de Lugo hacia los grupos vinculados a USAID que se presentan como izquierdistas, Tekojoja y Pmas.
Eso por no mencionar a la izquierda marxista agrupada en la guerrilla del Ejército Popular Paraguayo, que ha declarado la guerra al mismo gobierno, tras calificar al cura Fernando Lugo como “mulo de la oligarquía”.
Salvador de la Patria
El candidato colorado Arnoldo Wiens, afirmó en un acto político en Villarica que el cura Fernando Lugo logró articular un buen discurso para llegar a la presidencia de la república, y realmente hizo creer que los corruptos eran sólo los adeptos al partido que gobernaba anteriormente el Paraguay. Sin embargo, la realidad nos dice que la experiencia luguista ha sido útil en verdad para demostrar que no eran los colorados los únicos incompetentes y corruptos que existían en el Paraguay.
Presentado como el salvador de la patria por conocidos publicistas de tiranos como Aldo Zucolillo o Humberto Rubin, en menos de un año su aureola de santurrón se esfumó en medio de bochornos escándalos por pederastia clerical que salieron a la luz en medio de un bochorno global. Las supuestas intenciones de combatir la corrupción y el prebendarismo no duraron más tiempo, así como la falaz postura digna en defensa de la soberanía nacional.
Pronto la voracidad por dinero público, las prácticas del nepotismo, chonguismo y zoqueterismo del entorno integrado entre otros por Miguel López Perito, Camilo Soares, Marcial Congo y otros héroes acabó opacando a los gobiernos anteriores, y ni siquiera se salvaron los panificados que irían a destinarse a los carenciados pero acabaron devorados por el insaciable ministro de Emergencias.
Es que Lugo se debe a muchos grupos, y cada uno de ello le reclama su privilegio correspondiente. Entre estos grupos no faltan los peores reaccionarios de mentalidad forjada en las prerrogativas dadas por la dictadura anticomunista de Alfredo Stroessner, como los empresarios de los medios enriquecidos durante el auge policíaco que hoy siguen encubriendo y apoyando su gobierno, sobre todo desde ABC color y Ñanduti.
Si bien Ya todos conocían en Paraguay que los grupos que rodeaban a Lugo llevaban décadas mamando de los dólares imperialistas distribuidos por la embajada norteamericana, el gobierno esperaba poder mantener en la nebulosa esta información con sus campañas confusionistas en Internet, en las que acusaban a sus adversarios de sus propias faltas.
La intención se frustró debido a las filtraciones de Wikileaks, que permitieron conocer la verdadera identidad reaccionaria del cura Lugo, a quien la embajada norteamericana consideraba “afín a Estados Unidos” y era retribuida al ser considerada aliada valiosa.Como lo reveló Wikileaks y el mismo Lugo lo confesó ante la CNN, el gobierno del cura solicitó a la embajada norteamericana equipos de espionaje telefónico para vigilar a sus adversarios políticos. También se reveló a través de estos documentos de la misma embajada norteamericana que Lugo era considera útil para dividir a la izquierda latinoamericana y contrarrestar la influencia de Castro y Chávez en la región, con su estilo “socialista moderado”.
Eso aunque pretenda fingirse aliado de todos, y prestarse para todo, sin prejuicios de orden moral.
Ya Pio Baroja había advertido que sólo los tontos tienen muchas amistades. El mayor número de amigos marca el grado máximo en el dinamómetro de la estupidez.
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