miércoles, 26 de octubre de 2011

Fernando Lugo. Teléfono cortado con Cristina Fernández

La comunicación entre el gobierno de Fernando Lugo y sus socios del Mercosur como Cristina Fernández se asemeja cada vez más a un teléfono cortado

En una nefasta semana de reveses parlamentarios, huelgas judiciales, protestas de médicos reprimidas con inusitada violencia y ataques de la guerrilla marxista del EPP, las malas noticias para el gobierno del cura Fernando Lugo se completaron con la ausencia masiva de presidentes a la cumbre iberoamericana que lo tiene de anfitrión.

Tal vez la ausente más notoria y reincidente sea la reelecta presidenta de Argentina, Cristina Fernández, quien informó que no asistirá a la XXI Cumbre Iberoamericana que se celebrará este 28 y 29 de octubre en Asunción (Paraguay), con el pretexto que esos días son "complicados" para la mandataria "en lo personal". Los reiterados desencuentros entre Lugo y Cristina fueron condimentados el fin de semana por un extraño corte en una comunicación telefónica que mantenían ambos tras la apabullante victoria electoral de la presidenta con el 53.9 por ciento de los votos.
Vale precisar que a la XXI Cumbre Iberoamericana tampoco asistirán los mandatarios de Venezuela, Hugo Chávez; de Cuba, Raúl Castro; de El Salvador,Mauricio Funes, y de Costa Rica, Laura Chinchilla. La ausencia de Dilma Rousseff fue también confirmada en fuentes oficiales brasileñas, al igual que la del presidente uruguayo Pepe Mujica.

Es decir, la cumbre no contará con la presencia de ninguno de los presidentes de los países que integran el bloque comercial Mercosur.
Una de las explicaciones a estas llamativas ausencias puede encontrarse en el tono quejoso que adopta el cura anfitrión cada vez que le toca dirigirse a los asistentes a tales encuentros, al punto que en la última oportunidad el uruguayo Mujica le aconsejó guardarse esos reclamos para “llorarlos en el cuartito”.

Misoginia arzobispal

El desencuentro no es casual, si se considera que la misma Cristina calificó de “ataque misógino” al regaño que le hizo en una oportunidad el cura por su llegada tardía a una reunión de presidentes.

Los ataques misóginos son un capítulo bien digerido por la presidenta, pues como lo expresa su biógrafa, la periodista Sandra Russo del programa 6-7-8, “la misoginia está increíblemente naturalizada en nuestras maneras corrientes de ver las cosas”.
Y menciona antecedentes: “No es extraño que el antiperonismo se haya fundido tan pronto con la misoginia. Ese sentimiento de rechazo a los sectores populares que encarna el peronismo siempre tuvo una cáscara y un justificativo estético. En los años 50’, el arribo de la chusma malhablada y negruzca erizaba a la oligarquía, pero la síntesis de ese rechazo recayó en la difamación de Evita, que fue llamada puta y trepadora”.

“En el 2008 –dice Russo en su libro “La Presidenta”- apareció la figura de “la yegua”, junto a la del “doble comando”.

Un verdadero ícono del “machismo con compromiso popular” como el cura Fernando Lugo, obviamente, no habría de inspirar mucha afinidad, a pesar del esfuerzo desde los medios hegemónicos y del establishment por instalarla.


Vidas paralelas

Las distancias entre Lugo y Cristina, obviamente, no se agotan en perspectivas de género disímiles.

Mientras la presidenta argentina ha dado claras muestras de buscar profundizar la soberanía de su país ante los embates imperiales, el cura Fernando Lugo sólo ha intensificado la intervención norteamericana y colombia en Paraguay a través de grupos de contrainsurgencia, súplicas a embajadas extranjeras, el Plan Umbral y la infiltración de USAID.

Los reclamos sobre las islas Malvinas y el incidente del avión norteamericano descubierto con cargas ilegales en Ezeiza fueron claras señales por parte de la mandataria, que contrastaron con el pedido de equipos para fonopinchazos y de ayuda militar y represiva que Wikileaks reveló fueron realizados por Lugo ante Estados Unidos.

Los esfuerzos y la retórica integradora de Cristina también contrastan permanentemente con la política colisionista de Lugo en los bloques regionales, que incluso lo llevó a respaldar varias veces a Tabaré Vazquez en contra de los Kirchner.

Los reclamos con los cuales el cura Fernando Lugo abruma a sus colegas del Mercosur en los encuentros no es casual, sino que lo dicta la prensa hegemónica paraguaya que respalda al gobierno arzobispal, y que permanentemente inventa motivos para denostar contra los supuestos “abusos” contra el Paraguay cometidos por los países vecinos, arrogándose en su caradurez la representación de los intereses generales de la nación.

La misma prensa hegemónica que en el 2008 intentó derrocar al gobierno de Cristina, la afiliada a la SIP, en National Endowment for Democracy y regada por fuertes sumas de dólares recibida desde fundaciones al servicio de la promoción de intereses imperiales.

La metáfora del teléfono cortado puede significar, como vemos, mucho más que una falla anecdótica. Ya lo advertía Peter Drucker, lo más importante de la comunicación es escuchar lo que no se dice. LAW

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