viernes, 8 de mayo de 2009

FERNANDO LUGO, EL ABUSADOR



Por Olga Cristóbal

Fernando Lugo, presidente de Paraguay y ex obispo de la Iglesia Católica, es padre de un niño de dos años, nacido de la joven Viviana Carrillo. Lugo abusó de ella desde 1999, cuando era una adolescente de 16 años, "empleada en una casa de familia" de unos amigos del entonces obispo de San Pedro, uno de los distritos más pobres del país. El obispo la sedujo y le prometió que dejaría los hábitos, y efectivamente los dejó en 2006 -cuando Carrillo ya estaba embarazada-, pero para postularse a la presidencia.

El hecho trascendió la semana pasada, cuando Carrillo, que ahora tiene 26, le exigió ante la Justicia que reconozca a su hijo y que le pase una pensión por alimentos. En síntesis: Lugo sedujo a una niña de 16 años con el concurso de los patrones, que consintieron que el obispo durmiera con ella en la casa donde trabajaba. Es un caso rampante de derecho de pernada, paidofilia y abuso sexual de menores ejercido por una autoridad antes eclesiástica y ahora política.

El relato de la joven delinea el perfil típico: "Fui seducida con bellas palabras cuando tenía apenas 16 años". Carrillo agregó que Lugo "es celoso y me prohíbe trabajar, lo cual hace mi vida más complicada porque últimamente tengo que mendigarle para asistir a mi hijo". Además, "en una discusión semanas atrás, dentro de un automóvil, Lugo la abofeteó" (Clarín, 14/4). O sea que el paidófilo es un padre abandónico y también un violento.

El escándalo generó "un terremoto político" a un gobierno que asumió hace ocho meses en nombre "de la verdad y la transparencia" (Clarín, 9/4). Pero la oposición no lo ataca por abusador sino por "haber estafado" a la Iglesia Católica y a los votantes. "¿Quién le puede creer a un hombre que no sólo ha engañado a la Iglesia Católica, a los que votaron por él y, desde hace ocho meses, a todos los ciudadanos?", preguntó el diputado Ariel Oviedo, hijo de Lino Oviedo (Unace). El senador Julio César Velázquez, del Partido Colorado, pidió a la Iglesia que lo "excomulgue por haber cometido el delito de estupro teniendo responsabilidades episcopales" (La Capital, 14/4). ¿Y si no las hubiera tenido? La Asamblea Episcopal paraguaya hizo mutis por el foro, algún prelado se declaró dolorido por el engaño y el obispo Mario Medina directamente tuvo el descaro de felicitar al presidente "porque es valiente y reconoce lo que hizo" (ídem).

Lugo reconoció su paternidad pero se dice víctima de una conspiración. Un comunicado del gobierno sostiene que "es evidente que este caso está inscripto dentro de una campaña de hostigamiento político contra el presidente de la República, quien está liderando un proceso de cambio histórico". El "proceso de cambio histórico" de Lugo abreva en las más caras tradiciones de violencia y abuso contra las niñas y mujeres explotadas por la Iglesia Católica y la oligarquía paraguaya.

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