jueves, 28 de abril de 2011

Fernando Lugo, Hortensia Morán y Larissa Riquelme

Como si faltaran muestras de su misoginia con los escándalos por paternidad irresponsable a cuestas, en la misma semana que Hortensia Morán anuncia la publicación de su libro el cura Fernando Lugo fue noticia por sus insultos a Larissa Riquelme, en una muestra más de su desprecio por la mujer paraguaya a la que denigró con sus bochornos
Según se hizo eco la prensa internacional, Larissa Riquelme fue calificada de “horrible” por el berlusconiesco cura presidente Lugo, luego de que le mostraran unas sensuales imágenes de la popular “Novia del Mundial”. “Señor presidente, ¿qué le parece su compatriota?”, preguntó una reportera ecuatoriana a al jefe de Estado enseñándole unas fotografías de Larissa, a lo que Lugo respondió con tono de disgusto: “Horrible, horrible, horrible”.

Algunos internautas opinaron sarcásticamente que Larissa es mucho más bella que muchas de las parroquianas a las cuales Lugo solicitaba favores sexuales en los tiempos en que llevaba una doble vida de obispo y galán.

Por su parte, Larissa mostró su molestia por las declaraciones del cura y no dudó en aconsejarle que sea más caballero y que trate con respeto a las mujeres de su país.

“No lo conozco, pero si esta es su forma de referirse al género femenino, tiene mucho que aprender. Así no, Fernando Lugo, usted tiene que ser más caballero, tratar con delicadeza y con respeto a las mujeres de su país”, apuntó la modelo guaraní. Sería pérdida de tiempo pedir a Gloria Rubin que defienda a su congénere Larissa, dado que es sabido que lo hace sólo cuando se trata de compañeras de gabinete ministerial con la misma gracia que ella, y en ese caso aunque tenga que pararse sobre una montaña de cadáveres de muertos por dengue.

“Lastimosamente el presidente Lugo mintió en pleno Viernes Santo. No puede decir que una paraguaya es 'horrible', porque eso es mentira, todas somos hermosas. Habrá estado apurado o se asustó por la pregunta, sabemos que ya le involucraron con unas cuantas paraguayas”, explicó Larissa. “El presi debería recordar que las mujeres son las que levantaron el Paraguay y representan la máxima belleza latina” añadió la modelo.

A pesar de las burlas de las que fue objeto tiempo atrás por su presunta ignorancia, Larissa en esta oportunidad demostró un acabado conocimiento de la realidad histórica nacional.

Sucede que una mujer, la Residenta, es una figura mítica del nacionalismo paraguayo que se invoca cuando se quiere exaltar la propia historia. También es el símbolo de la unificación nacional, que al final de una guerra de exterminio conservó las tradiciones que permitieron sobrevivir y mantener unido lo que quedó de la nación.

Se trata de las mujeres que acompañaron al ejército paraguayo desempeñando múltiples tareas, hasta que las fuerzas que defendían el país fueron exterminadas en 1870, corolario de una guerra desatada contra el Paraguay por una coalición entre Argentina, Brasil y Uruguay que actuaron entonces en favor de intereses extranjeros a la región, fundamentalmente británicos.. Ellas fueron las granjeras que labraron la tierra con sus manos para abastecer las trincheras, enfermeras que curaron las heridas de los combatientes, soportando la agonía de los moribundos y el horror del degüello sin piedad, y hasta se convirtieron en soldados cuando fue necesario empuñar las armas, cayendo en el frente de batalla como si fueran oficiales del ejército nacional.

Tambien fueron esas mujeres las que en el periodo inmediato posterior al desarrollo bélico, asumieron la cabeza de sus hogares, y pasaron a constituirse en lo único que quedó en el país de poder y autoridad. Quedaron en esas posiciones por ser viudas, con niños a criar, y con la enorme responsabilidad de hacer resucitar a una nación moral y materialmente desvastada

El episodio histórico de las Residentas es apenas una ratificación de que el Paraguay es un país que debe su misma existencia a las mujeres, aunque como en tantos otros parajes, rara vez le sean reconocidos sus méritos

EL FEMINISMO DE PLÁSTICO
Ya en el año 1907 la abogada y feminista paraguaya Serafina Dávalos decía "La idea de ver a la mujer ejecutando actos de ciudadanía es lo que más resistencia ha encontrado siempre entre los impugnadores de los derechos feministas... votar una mujer por tal o cual candidato al Congreso, por ejemplo, es el acabóse, como si se tratase de algo muy superior y misterioso que sólo el alma del varón puede percibir...".

La profecía se cumplió cuando en el 2008 las feministas paraguayas tuvieron la oportunidad de aglutinarse en torno a una candidatura femenina, y en lugar de ello, cerraron filas en torno a un obispo católico.

Entre estas supuestas organizaciones civiles se encontraban las feministas de convicciones subsidiadas por USAID como las Mujeres Políticas en Red, Parlamento Mujer, Red de Mujeres Políticas, Red de Mujeres Munícipes del Paraguay (RMMP), Coordinadora Interpartidaria de Mujeres del Paraguay (CIMPAR),), Mujeres Políticas por la Democracia y el Desarrollo (MUPODER), Conamuri y otros grupos, a quienes no les interesó aglutinarse en torno a un personaje surgido en las carpas de sus archienemigos católicos si ello implicaba anotarse en las ventanillas de cobro habilitadas por el imperio y al final de los ductos por los cuales fluye el dinero de la mafia internacional de las ONG.

Ninguna de estas organizaciones hoy es capaz de acercarse a dar su respaldo a Hortensia Morán, humilde mujer paraguaya que lucha por que sea reconocido el derecho humano fundamental de la identidad a su hijo Juan Pablo, concebido en una relación con el cura presidente Fernando Lugo cuatro años atrás.

Para colmo de males, todas estas “feministas” hoy huyen de tan siquiera participar de la presentación del libro de Hortensia, este viernes 29, como si se tratara de un acto criminal y sacrílego.

Nunca más aplicable la frase de que la hipocresía es un homenaje que el vicio rinde a la virtud.

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